Escrito 25 enero 2009 - 03:07
El Lleida Llista Blava sumó ayer una victoria casi definitiva para la permanencia al derrotar en el Onze de Setembre al Tenerife (7-3) en un partido trabado hasta los últimos 10 minutos cuando con el marcador 4-3 tres auténticos golazos hicieron vibrar a un público frío hasta entonces y que despidió al equipo con una gran ovación.
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Con este triunfo el Lleida Llista deja la zona de descenso ya a 13 puntos, con lo que la permanencia en la OK Liga es ya virtual.
El partido empezó movido, porque a los tres minutos Seró desvió un disparo de Gil para abrir el marcador. Sin embargo, en la siguiente jugada el Tenerife empató en un despiste general pero, acto seguido, Gil no desaprovechó primero una falta directa y después un contraataque para colocar a su equipo con ventaja de dos goles a los 12 minutos. El Tenerife no bajó los brazos y tres minutos después Ordóñez anotó tras una falta directa muy protestada por los listados.
A partir de aquí, el partido se volvió feo, con continuas interrupciones y muchas tarjetas enseñadas por una pareja arbitral con la que nadie estaba contento. En el minuto 22, después de algunas intervenciones de mérito de un seguro Gascón, Giralt estuvo listo para devolver los dos gpoles de ventaja. Con el 4-2 se llego al descanso de un encuentro que pese al marcador, no parecía decidido.
La segunda parte empezó como terminó la primera, con tarjetas, interrupciones y protestas. Tomàs tuvo sus opciones en dos contraataques que resolvió el portero Nocoletti y, en cambio, Ferrer estuvo acertado para volver a poner el miedo en el cuerpo a los locales, que no acababan de sentenciar.
Faltaban 15 minutos y continuaban las protestas hasta que, cinco minutos después, Gil se sacó de la chistera una jugada increíble que terminó con un disparo imposible para Nicoletti. Era el tercero de Gil y, por fin, el público empezó a animar a su equipo, que se contagió y correspondió con otro golazo de Giralt tras levantar la bola. El Tenerife ya se había entregado y aún hubo tiempo para que Seró anotara el séptimo, en una falta directa, y obsequiar al público con la mayor goleada de la temporada. Quim López también se había sumado a la fiesta haciendo debutar a Eugeni Capdevila.